Aprendizajes Clave
APRENDIZAJES CLAVE
EDUCACIÓN PREESCOLAR
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS
Se presentan cinco prácticas sociales del lenguaje de cada ámbito por grado escolar. El profesor tiene la opción de elegir cuándo y cómo trabajarlas,
aunque se sugiere hacerlo de forma intercalada. Asimismo, se requiere que
trabaje los contenidos de manera que no se pierda el sentido de las prácticas sociales del lenguaje y se regule la secuencia de actividades que los
alumnos llevarán a cabo, delegando en ellos gradualmente la responsabilidad de realizarlas.
Es relevante tener una organización didáctica que permita manejar con
flexibilidad la duración de las situaciones didácticas y considerar los mismos contenidos en diferentes oportunidades y desde diferentes perspectivas. Para ello se
propone desarrollar diferentes modalidades de trabajo:
Intervención del profesor
En la educación preescolar, la educadora ha de orientar los intercambios de los
alumnos; propiciar el interés para participar, preguntar en conversaciones, y saber más; involucrar a todos, con especial atención en quienes tienen difi cultades
para expresarse frente a los demás. Ha de favorecer el respeto, la escucha atenta y la expresión a partir de actividades atractivas que incluyan conversaciones,
explicaciones, cantos, rimas, juegos, cuentos.
SUGERENCIAS DE EVALUACIÓN
Como se explica en el apartado IV, la evaluación es un insumo fundamental
para promover el aprendizaje de los estudiantes pues permite valorar el nivel
de desempeño y el logro de los aprendizajes esperados; así como identificar
las causas de las dificultades que se traducen en aprendizajes no alcanzados.
Esta información es fundamental para tomar decisiones e implementar estrategias de trabajo diferenciadas que favorezcan el aprendizaje de los estudiantes.
La
evaluación, preferentemente, no debe centrarse exclusivamente en el producto final de la práctica social del lenguaje. Ha de tener también en cuenta la
producción o producciones intermedias y la evaluación inicial; lo que permitirá
establecer —no solo al docente sino también al estudiante— en dónde se ubicaba al inicio el aprendiz, cuáles fueron sus avances durante el proceso, y qué
logros concretó al final.
La evaluación inicial puede realizarse de diversas maneras; una de ellas
es observando qué hacen los estudiantes y formulando preguntas pertinentes
vinculadas con qué saben o con qué concepciones tienen acerca de los componentes de la práctica social del lenguaje con la que van a trabajar.
Las evaluaciones intermedias ayudan a valorar lo hecho y aprendido durante el proceso, a comprender que el aprendizaje es una construcción que se conforma de
múltiples pasos, los cuales no siempre son acertados (hay que recordar que del
error también se aprende).
Por su parte, las evaluaciones de los productos finales deben considerar los Aprendizajes esperados de forma integral.
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